LOS TIEMPOS DE DE LA RÚA

miércoles, 9 de febrero de 2011

El objetivo de esto, no es defender lo indefendible, ni hacer de justiciero inglés. Simplemente es adjudicarle el tamaño de las responsabilidades a cada uno de los actores que gobernaron el país en la década del noventa y principios del siglo XXI.

Es recurrente escuchar en el común de la gente renegar con absoluta razón, sobre los tiempos vividos en 2001. Muchos recordarán los saqueos, el corralito, la devaluación, los lecop, los patacones, los incidentes en varios puntos del país, etc. Y automáticamente pensamos en Fernando De la Rua. Un Abogado de Córdoba que sucedió a Carlos Menem el 10 de diciembre de 1999. De La Rua militó en el radicalismo desde joven y llegó al gobierno con una imagen sumamente compenetrada con el centenario partido político.

Es por esto que escuchamos no solo en el común de la gente sino en programas de televisión, del rebaje de 678 (un programa ultrakirchnerista, con fecha de vencimiento) y otras emisiones oficialistas decir que el desastre del 2001 fue un fracaso radical.

A todos ellos permítanme decirles que eso es parcialmente cierto. Por empesar Fernando De La Rua asumió el cargo de presidente bajo la bandera del FREPASO y no del radicalismo. El Frepaso fue una confederación de partidos políticos gestada en 1994 por el Frente Grande, el partido PAIS (Política Abierta para la Integridad Social), la Unidad Socialista integrada por los partidos Socialista Popular y Socialista Democrático, y el Partido Demócrata Cristiano. Hasta ahí no vemos ningún radical. En 1993 se constituyó el "Frente Grande" como una conjunción de opositores al gobierno Justicialista de Carlos Menem quien implementó un programa neoliberal fundado en los principios del Consenso de Washington.

Ante esto el Frente Grande se integró como partido conjugando a sectores provenientes del peronismo disidente (que se ha vuelo a poner de moda), el Frente del Sur encabezado por Fernando "Pino" Solanas y los que tenían su antecedente en el "Grupo de los 8 diputados del PJ que se habían separado del oficialismo (Carlos "Chacho" Álvarez) sectores vinculados al movimiento de Derechos Humanos entre ellos Graciela Fernández Meijide grupos provenientes de la Democracia Cristiana con nombres tales como Carlos Auyero, el Partido Comunista y el Partido Intransigente.

En 1994 el FREPASO realizó un proceso electoral abierto para elegir entre Álvarez y Bordón para la candidatura a Presidente de la Nación, en la cual se impuso esté último, aunque el resultado no estuvo nunca claro. En las elecciones presidenciales de 1995 el FREAPASO obtuvo el 29% de los votos, relegando a la UCR por primera vez en su historia el tercer lugar, y se constituyó en la tercera fuerza en la Cámara de Diputados de la Nación. De todas maneras el FREPASO carecía de una fuerza electoral estable más allá de su penetración en sectores del electorado urbano, particularmente en Capital Federal, Gran Buenos Aires y Rosario.

Luego de las elecciones presidenciales Bordón se alejó del FREPASO. En octubre de 1995 el FREPASO ganó las elecciones de senador en la Capital Federal con Graciela Fernández Meijide como candidata, pero al año siguiente su candidato, el socialista Norberto Laporta, perdió en las primeras elecciones para Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires frente al radical Fernando de la Rúa.

Recién en 1997 el FREPASO conformó con la Unión Cívica Radical que tenía entre sus militantes a FDLR y se crea la Alianza por el Trabajo la Justicia y la Educación (La Alianza), obteniendo un resonante triunfo en todo el país en las elecciones legislativas de octubre.

Álvarez encabezó la lista triunfante en la Capital Federal y Fernández Meijide en la provincia de Buenos Aires, donde venció a la candidata del Partido Justicialista, Chiche Duhalde.

En 1998 Graciela Fernández Meijide perdió frente a Fernando de la Rúa en las elecciones internas para establecer el candidato presidencial de la Alianza, cuya fórmula se completó con el peronista "Chacho" Álvarez, quien finalmente será electo Vicepresidente.

En esa ensalada de gente de todos los partidos estaba quien fuese presidente de la nación. Al electo presidente le tocó gobernar un país que por 1999 aún le miraba la espalda a un Carlos Menem que había dejado una crisis social, política y económica de la que aún no podemos salir. De La Rua Asumió en Octubre y ya antes de comenzar noviembre se supo de la caída del PBI de alrededor de 3,4 puntos porcentuales respecto al año anterior. El desempleo se acercaba al 14 por ciento, luego de haber alcanzado la cifra récord de 18,6% algunos años antes, y la pobreza había sido triplicada en proporción a la existente antes de llegar Menem al poder.14 El país tenía serios problemas en materia educativa y sanitaria, y la dirigencia política tenía una mala imagen pública. Además, el gobierno peronista dejaba un elevado déficit fiscal, con un rojo de más de mil millones de pesos, una deuda externa del orden de los 150 mil millones anuales con vencimientos de casi 25 mil millones en el año próximo. A lo largo del año 2000 el gobierno buscó controlar el gasto público, bajar las tasas internas de interés y mantener la estabilidad monetaria y financiera. El año finalizó con una leve baja del 0,5% del PBI y con una desocupación del 14,7%.

A otros partidos se los distancia mas respecto de las responsabilidades que se deberían hacer cargo de aquella crisis porque se fueron del gobierno antes que la famosa fuga en helicompeto de la que tantos se mofan injustamente con una ignorancia y poca capacidad de reflexión. El "compañero" chacho Álvarez se fugó de la Rosada a menos de un año de asumir, y no se quedó a negociar para llegar a un acuerdo pacifico con el FMI con Moyano, con la CGT. FDLR estaba cada vez mas aislado para combatir los problemas internos y el viento en contra que provocaba las malas condiciónes interncionales que desfavorecían el plan económico.

El justicialismo lejos de contribuir a la gobernabilidad aceleraba el derrocamiento y frustraba toda buena acción de gobierno. El ex-presidente Carlos Menem fue detenido y puesto bajo arresto domiciliario el 8 de junio de 2000 como jefe de una asociación ilícita que habría realizado una venta ilegal de 6.500 toneladas de armas y municiones a Ecuador y Croacia y por falsificar el contenido de tres decretos presidenciales. Esto en lugar de significar un éxito para el gobierno fue un mayor problema. El justicialismo ocupó el Congreso Nacional para rechazar la detención del ex-presidente, quién luego fuera liberado por decisión de la Corte Suprema por seis votos contra dos el 21 de noviembre del mismo año.

En el orden institucional ni el Frente grande ni el partido PAIS, ni la Unidad Socialista, ni el Partido Demócrata Cristiano, ni el JUSTICIALISMO, enfrentaron los problemas y tampoco hoy en día se hacenresponsables de la posición de culpa que tienen, simplemente se simplifican a la cómoda y poco arriesgada frase "el desastre de De La Rua"..

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Meirion.-


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